Entrevista al Mono en Argentina
Entrevista al Mono Burgos
El 1 de marzo de 2003, Germán Burgos fue operado de un cáncer de
riñón. Toda España estuvo pendiente del entonces portero del Atlético.
26 días después de la delicada operación, el Mono me concedió, para
Marca, la primera entrevista que daba tras su convalecencia. Mi
compañero y amigo Pablito García y yo salimos alucinados de aquel
encuentro, en Fremap donde empezaba su recuperación, de la vitalidad y
la fuerza de un tipo que se cachondeaba y frivolizaba su dura
experiencia. "Aprendí a reírme de mi mismo. Siempre hay que reírse". Lo
de la foto con los flotadores la montamos pensando en el título a
priori, 'El Mono sale a flote'. Fue complicado encontrar flotadores en
el mes de marzo por Madrid y la Nini, mi mujer, se tuvo que patear
varias tiendas. Pero las fotos, por la inestimable ayuda en la pose de
Germán, por supuesto, tuvieron muchísima fuerza.
Por aquel entonces ya eramos amigos y una vez retirado del fútbol,
nuestra amistad se ha solidificado. Germán decía en esa entrevista que
delataba al tabaco por traidor. Le plantó cara y peleó contra esta
adicción nuestra y la nicotina, de momento, gana. Ayer, que hicimos un
reportaje para China en su casa, se traicionaba a sí mismo pitillo tras
pitillo. Cuando le dije que iba a colgar esta entrevista en el blog (me
parece interesante porque no estaba en Internet) le pregunté que si aún
sentía pánico cuando le toca revisión: "¡¡¡Uffff!!!", me contestó.
"Le dije a Molina: el Barbas está buscando a un portero para su
equipo y nosotros no hemos superado la prueba y nos ha dado pase libre"
28 de marzo de 2003
El Mono empieza a desentumecer los músculos. 26 días después de la
delicada intervención que sufrió para extirparle un tumor del riñón, el
portero del Atlético avanza en su recuperación aprovechando al máximo
la segunda oportunidad que le ha dado la vida. Ni en los peores
momentos perdió su sentido del humor.
Germán Burgos ha empezado esta semana a ejercitarse. La
impresionante cicatriz de 35 puntos ya le tira menos y ha empezado a
moverse. El amargo trago lo ha pasado sin perder su estruendosa
carcajada. Ha superado la prueba que le ha puesto la vida apoyándose y
reforzando sus convicciones. Como futbolista y como rockero aspira a
eternizar la juventud.Y lo va a conseguir. Se ayuda de un cigarrillo de
plástico para salir de su adicción al tabaco. No es un converso que
sermonee a los fumadores. Se limita a enseñarles su enorme cicatriz de
35 puntos que aún está tierna diciéndoles con la mirada: “Vosotros
mismos”. MARCA disfrutó de su vitalidad el pasado miércoles y le sacó
la siguiente fotografía.
¿Cuál fue su primera sensación cuando se enteró de que tenía un tumor?
De sorpresa. No te lo puedes imaginar nunca. Pero atando cabos fui
directamente al tabaco. Llevaba fumando desde cierta edad y no lo
reconocía como algo negativo. Pero el tabaco no avisa. Lo tomé como una
traición y por eso lo delaté, por traicionero. Podía seguir siendo John
Travolta, pero decidí delatar al tabaco por traidor. El cigarrillo se
compone de nicotina y alquitrán y la nicotina controla las vías
urinarias... Es una realidad.
¿Por qué no quiso anunciar su enfermedad antes de la operación?
Quise avisar a mis padres antes de que se enteraran por el
periodismo y lo conseguí. Llamé a mi madre y la dije: “Mamá tengo un
tumor en el riñón”. Les gané por 24 horas. Si no se enteran por mí creo
que hubieran sufrido más aún.
¿Sintió miedo?
No sentí miedo al principio. Pero cuando los cirujanos empezaron a
explicarme la operación el día antes tuve que decirles que pararan. Tú
no sabes cuál es la función del hígado o del riñón y te la empiezan a
contar y te dicen que te sacan el riñón y lo tienen en hielo, es una
cirujía mayor, como la del corazón. Miraba a la cara de Sandra, mi
mujer, y yo me iba poniendo malo. Les dije: “No me cuenten más, vayan a
concentrarse, cuiden las manitas y mañana nos vemos”.
¿Qué le impresionó?
Las luces del techo según me llevaban al quirófano. Iba encogido en
mi camilla y me sorprendieron los camilleros, tú vas al matadero y
ellos están haciendo su trabajo, te llevan como si tú no estuvieras,
hablan de su familia, de su vida, como si tú no estuvieras. Yo lo veía
con humor.
¿Cómo se puede tomar una intervención tan grave a cachondeo?
Es de familia. Tenemos todos un gran sentido del humor. Le pasó
también a un tío mío, que le cortaron la pierna de la rodilla para
abajo, también por el tabaco, y le decía a mis padres: “No sabes cómo
me duele el pie”. Aprendí a reírme de mi mismo. Siempre hay que reírse.
¿Ha asimilado ya la enorme avalancha de cariño que ha recibido?
Aún es impresionante. Lo que es magnífico es ver cómo la gente pasa
de los colores y te aprecia. La gente de Boca y la del Madrid, clubes
antagónicos de toda la vida a mi trayectoria en River y Atlético, se ha
volcado también conmigo. Eso me parece muy grande.
¿Qué gesto le ha impactado más?
Un hombre que estaba ingresado con una osteoporosis y me dijo que
me vio en la tele y que mi fuerza interior lo reanimó. O una señora que
me escribe y me dice que es una de esas señoras que me gustan a mí
porque yo declaré que me gusta la elegancia de las mujeres maduras y
las abuelas españolas, como caminan por la calle, y me dice “yo soy así
y te deseo lo mejor”. Todo lo que digo tiene mucha trascendencia.
¿Eso le responsabiliza mucho?
Tengo mucho cuidado con lo que digo. Trato de analizar mis palabras y procuro siempre no ofender.
¿Cómo se encuentra 26 días después de la operación?
Totalmente alterado. Estado alterado sería el título del hit. Estoy
enloquecido por dos cosas principalmente: porque no puedo expresar con
el cuerpo y con la mente en los entrenamientos y porque estoy dejando
el hábito del tabaco, que no es nada fácil.
¿Tardará en olvidar su enfermedad?
Es como le dije a Molina: el Barbas está buscando a un portero para
su equipo y nosotros no hemos superado la prueba y nos ha dado pase
libre.
¿Cree que ha nacido otra vez?
Me lo encontraron de forma casual y la vida me ha dado una nueva oportunidad. En esta nueva etapa he optado por dejar el tabaco.
¿Le han ofrecido hacer campaña contra el tabaco?
Sí. Pero no me hace falta porque voy a denunciar siempre al tabaco cada vez que haga un reportaje: por traicionero.
¿Ha cambiado su forma de pensar por haber sufrido el tumor?
He ajustado los clavos que ya tenía puestos. Siempre he pensado más
allá del fútbol y siempre he sido muy vitalista. La enfermedad me ha
hecho ajustar mis convicciones y reforzar lo que ya pensaba.
¿Y ha aprendido algo nuevo?
El de arriba me ha mandado esta prueba y tengo muy claro que hay que vivir el presente
e intentar siempre ser feliz. Uno no puede programar nada, las
cosas vienen solas. No sé cuando me retiraré, igual se cruza uno que me
mete goles desde Melilla como Fernando
Torres que puede retirar a muchos defensas con su velocidad.
¿Cuánto le queda para volver a jugar?
Hace 26 días que me operaron y ya estoy haciendo el tiburón en la
piscina. Llevo dos días en el agua y podía llevar una semana, pero no
fui porque me tiraba aún la herida. Y no he ido a ver a mis compañeros
porque aún no me siento bien y no les iba aportar nada. Ya me siento
mejor y voy a ir a apoyarles.
La primera canción que oyó Germán Burgos al subir a su habitación
de la clínica Cemtro fue ‘Sabado a la noche’ de su compatriota Moris.
El CD se lo había regalado un enfermero de la clínica Cemtro. La música
le acompañó esas primeras horas. Además del rock, los tangos se
escucharon bastante en su habitación.
Germán recuerda que no se enteró de mucho los primeros tres días.
“Le preguntaba a Sandra qué si no me había venido a ver este o aquel y
me decía que recién se acababa de ir”. La amnesia de las primeras horas
fue motivada por los fuertes calmantes que recibía: “Era como si me
metieran hielo en el cuerpo. Me aliviaba los dolores que eran
terribles”. La avalancha de cariño se veía acompañada con diferentes
regalos. Los presentes que más impactaron a Germán fueron las cestas de
frutas: “Las mandaban del frutero del rey Juan Carlos. ¡Cómo brillaban
las manzanas!”, recuerda.
Germán decidió hacer una gran gambeta al periodismo y se marchó un
día antes de lo previsto sin avisar ni a sus más íntimos. Germán
aprovecha ahora para hacer relaciones sociales. Se muere por revolcarse
de nuevo en el césped. Y asiste expectante e indignado al conflicto de
Irak. Apoya las manifestaciones y se parte de risa con su pequeño
Lucas, de dos años, cuando grita con su lengua de trapo el eslogan: “No
a la ‘perra”
Sin duda una leyenda y un ejemplo
Última edición por rice el Miér 12 Ago 2009 - 15:15, editado 1 vez (Razón : editado por Rice)