Empiezo a estar bastante preocupado con la situación del
Atlético de Madrid. Hasta este fin de semana, pensaba que Abel
Resino no era el mayor culpable de los males rojiblancos. Es un equipo
perdido. Sin rumbo. Desnortado. Creía que García Pitarch
tenía más responsabilidad que el entrenador en el via
crucis de esta temporada. Pero el partido ante Osasuna ha cambiado
muchas cosas.
Es la primera vez en mi vida que pienso desde el minuto uno de una
temporada que el Atleti está abocado al desastre. Que no tiene
ninguna opción de ganar ningún título. Que los
aficionados van a sufrir hasta el minuto 90. Obviamente, el equipo no
tiene capacidad para pelear por la liga. Ese honor les toca a otros. A
los que tienen dinero o a los que hacen las cosas bien. El
Atlético, ni lo uno ni lo otro. Pero sí se podía
esperar que pelearan por la Champions.
Han pasado siete jornadas y los de Abel están a nueve puntos
del cuarto. Eso por no hablar de los 13 que les saca el líder.
Otro debate interesante sería el considerar como un éxito
terminar cuarto una temporada. En la vida eso fue considerado como tal
en la ribera del Manzanares. Ese es, en mi opinión, uno de los
males que acecha al Atlético. Los fracasos antaño se
consideran éxitos en la actualidad.
Es culpa del entrenador que el equipo sea el que más goles
encaja de toda la liga. Es culpa del entrenador que uno de los mejores
rematadores de cabeza del fútbol español marque dos goles
sólo dentro del área en el primer tercio de un partido. Es
culpa del entrenador que lo más potable del equipo estén
siendo las entradas de Reyes en la segunda parte. Es culpa del
entrenador que no se entrene lo suficiente en defensa, que el equipo sea
una verbena, que sigan jugando futbolistas como Sinama Pongolle, que
lleva más de un año sin aportar absolutamente nada.
Más bien, todo lo contrario.
No me puedo creer que en todos los equipos inferiores no haya
ningún jugador que pueda aportar algo más que Sinama. Si
no es así, hay que desterrar a Amorrortu. Es muy complicado tener
menos influencia en un partido de fútbol. Hasta los banderines de
corner llevan más peligro a la meta contraria.
Abel, espero que tu sucesor tenga más suerte que tú.
Ya no se te puede considerar el remiendo de Aguirre. Has tenido tiempo
de sobra para armar un equipo. Y no lo has conseguido. Lo siento, pero
creo que has perdido tu oportunidad.
PD: "Algo se mueve al sur de la ciudad". Gracias, Andrés.
Atlético de Madrid. Hasta este fin de semana, pensaba que Abel
Resino no era el mayor culpable de los males rojiblancos. Es un equipo
perdido. Sin rumbo. Desnortado. Creía que García Pitarch
tenía más responsabilidad que el entrenador en el via
crucis de esta temporada. Pero el partido ante Osasuna ha cambiado
muchas cosas.
Es la primera vez en mi vida que pienso desde el minuto uno de una
temporada que el Atleti está abocado al desastre. Que no tiene
ninguna opción de ganar ningún título. Que los
aficionados van a sufrir hasta el minuto 90. Obviamente, el equipo no
tiene capacidad para pelear por la liga. Ese honor les toca a otros. A
los que tienen dinero o a los que hacen las cosas bien. El
Atlético, ni lo uno ni lo otro. Pero sí se podía
esperar que pelearan por la Champions.
Han pasado siete jornadas y los de Abel están a nueve puntos
del cuarto. Eso por no hablar de los 13 que les saca el líder.
Otro debate interesante sería el considerar como un éxito
terminar cuarto una temporada. En la vida eso fue considerado como tal
en la ribera del Manzanares. Ese es, en mi opinión, uno de los
males que acecha al Atlético. Los fracasos antaño se
consideran éxitos en la actualidad.
Es culpa del entrenador que el equipo sea el que más goles
encaja de toda la liga. Es culpa del entrenador que uno de los mejores
rematadores de cabeza del fútbol español marque dos goles
sólo dentro del área en el primer tercio de un partido. Es
culpa del entrenador que lo más potable del equipo estén
siendo las entradas de Reyes en la segunda parte. Es culpa del
entrenador que no se entrene lo suficiente en defensa, que el equipo sea
una verbena, que sigan jugando futbolistas como Sinama Pongolle, que
lleva más de un año sin aportar absolutamente nada.
Más bien, todo lo contrario.
No me puedo creer que en todos los equipos inferiores no haya
ningún jugador que pueda aportar algo más que Sinama. Si
no es así, hay que desterrar a Amorrortu. Es muy complicado tener
menos influencia en un partido de fútbol. Hasta los banderines de
corner llevan más peligro a la meta contraria.
Abel, espero que tu sucesor tenga más suerte que tú.
Ya no se te puede considerar el remiendo de Aguirre. Has tenido tiempo
de sobra para armar un equipo. Y no lo has conseguido. Lo siento, pero
creo que has perdido tu oportunidad.
PD: "Algo se mueve al sur de la ciudad". Gracias, Andrés.