La situación deportiva del
Atlético de Madrid, influida en parte por la convulsión social que vive
el club, se ha complicado seriamente tras el último e inesperado
tropiezo sufrido ante el Almería. La crisis de resultados (dos puntos
de doce posibles) ha puesto en el disparadero al entrenador, que se ha
convertido en el centro de todas las críticas y está más cuestionado
que nunca.
Abel es la diana a la que se apunta desde diferentes frentes,
incluido el propio club, debido al mal arranque del conjunto rojiblanco
tanto en Liga como en Champions. Tanto es así que los tres próximos
compromisos del Atlético han pasado a ser un examen final para el
técnico. Las citas de Valencia (Liga) y Oporto (Champions), así como la
visita al Manzanares del Zaragoza (Liga) convierten los próximos siete
días en una carrera a todo o nada para el grupo que dirige Abel. Una
semana de crédito es lo que tiene el entrenador después de que el
ambiente, ya de por sí caldeado, se haya enrarecido todavía más al ver
al equipo penúltimo clasificado.
Sin duda alguna, son las horas más bajas para Abel desde que
afrontara la responsabilidad de dirigir al equipo la pasada temporada.
Cinco partidos, tres empates y dos derrotas suponen una racha nefasta
que ha generado una enorme desconfianza. Sobre todo, entre los
dirigentes rojiblancos, que cuestionan cada vez más a Abel y le ven
incapaz de revertir esta complicada situación.
Diferentes mensajes
El mensaje oficial es bien distinto, ya que públicamente se
argumenta que no hay tiempo material para poder efectuar un cambio de
dirección. Eso es en parte cierto, puesto que el Atlético debe disputar
tres partidos en los próximos siete días, uno cada 72 horas. Ahora
bien, cuando llegue el parón liguero debido a los compromisos
internacionales (justo después de Valencia, Porto y Zaragoza) la cosa
puede cambiar.
Si la situación no ha mejorado y persiste la misma dinámica,
entonces la Comisión Ejecutiva del club podría tomar medidas drásticas.
Una semana, por tanto, es el plazo de tiempo que le queda a Abel para
sacar al Atlético de la actual situación, recuperar la normalidad y
recobrar el pulso en las dos competiciones.
El ambiente que vive el Atlético es muy difícil y mucho más hostil
desde que se perdió por goleada en Málaga. La crítica de la afición
hacia los dirigentes ha tensionado aún más la atmósfera que rodea al
equipo y éste finalmente se ha visto influido por estos factores. El
clima imperante pide a gritos que rueden 'cabezas' y Abel podría
convertirse en el 'sacrificado' dado que el equipo no reacciona.
Todo el mundo esperaba sumar los tres puntos ante el Almería y
comenzar la reacción, pero los problemas y errores que presenta el
equipo en cada partido hacen peligrar la continuidad de Abel. Por si
fuera poco, el baile de candidatos para el banquillo se ha
incrementado. A raíz del lamentable empate ante el APOEL en Champions
la maquinaria habitual en esta tesitura se puso en marcha dispuesta a
triturar a otro técnico, salvo que Abel supere la semana que tiene de
crédito
Atlético de Madrid, influida en parte por la convulsión social que vive
el club, se ha complicado seriamente tras el último e inesperado
tropiezo sufrido ante el Almería. La crisis de resultados (dos puntos
de doce posibles) ha puesto en el disparadero al entrenador, que se ha
convertido en el centro de todas las críticas y está más cuestionado
que nunca.
Abel es la diana a la que se apunta desde diferentes frentes,
incluido el propio club, debido al mal arranque del conjunto rojiblanco
tanto en Liga como en Champions. Tanto es así que los tres próximos
compromisos del Atlético han pasado a ser un examen final para el
técnico. Las citas de Valencia (Liga) y Oporto (Champions), así como la
visita al Manzanares del Zaragoza (Liga) convierten los próximos siete
días en una carrera a todo o nada para el grupo que dirige Abel. Una
semana de crédito es lo que tiene el entrenador después de que el
ambiente, ya de por sí caldeado, se haya enrarecido todavía más al ver
al equipo penúltimo clasificado.
Sin duda alguna, son las horas más bajas para Abel desde que
afrontara la responsabilidad de dirigir al equipo la pasada temporada.
Cinco partidos, tres empates y dos derrotas suponen una racha nefasta
que ha generado una enorme desconfianza. Sobre todo, entre los
dirigentes rojiblancos, que cuestionan cada vez más a Abel y le ven
incapaz de revertir esta complicada situación.
Diferentes mensajes
El mensaje oficial es bien distinto, ya que públicamente se
argumenta que no hay tiempo material para poder efectuar un cambio de
dirección. Eso es en parte cierto, puesto que el Atlético debe disputar
tres partidos en los próximos siete días, uno cada 72 horas. Ahora
bien, cuando llegue el parón liguero debido a los compromisos
internacionales (justo después de Valencia, Porto y Zaragoza) la cosa
puede cambiar.
Si la situación no ha mejorado y persiste la misma dinámica,
entonces la Comisión Ejecutiva del club podría tomar medidas drásticas.
Una semana, por tanto, es el plazo de tiempo que le queda a Abel para
sacar al Atlético de la actual situación, recuperar la normalidad y
recobrar el pulso en las dos competiciones.
El ambiente que vive el Atlético es muy difícil y mucho más hostil
desde que se perdió por goleada en Málaga. La crítica de la afición
hacia los dirigentes ha tensionado aún más la atmósfera que rodea al
equipo y éste finalmente se ha visto influido por estos factores. El
clima imperante pide a gritos que rueden 'cabezas' y Abel podría
convertirse en el 'sacrificado' dado que el equipo no reacciona.
Todo el mundo esperaba sumar los tres puntos ante el Almería y
comenzar la reacción, pero los problemas y errores que presenta el
equipo en cada partido hacen peligrar la continuidad de Abel. Por si
fuera poco, el baile de candidatos para el banquillo se ha
incrementado. A raíz del lamentable empate ante el APOEL en Champions
la maquinaria habitual en esta tesitura se puso en marcha dispuesta a
triturar a otro técnico, salvo que Abel supere la semana que tiene de
crédito