Ensayo sobre la ceguera
“Lo que se considera ceguera del destino es en realidad miopía propia” (W. Faulkner)
Los aficionados al Atlético de Madrid nos hemos levantado esta mañana con
el equipo en puestos de descenso en la liga española, matemáticamente
eliminados de la Champions League a falta de dos partidos por jugar
(que es proporcionalmente como estar descendido en liga a falta de 12
partidos), con una plantilla corta, cara y descompensada, con una deuda
histórica que fluctúa según las fuentes entre los 200 y los 400
millones de euros y con un estadio que tiene fecha de caducidad tasada
en 2012, fecha en la que el equipo se trasladará a lo que hoy es un
monolito de hormigón feo y desamparado en las proximidades del
Guadalajara supuestamente sin ganar un euro en la operación. A estas
alturas el subconsciente colectivo de la heterodoxa afición colchonera
coincide en interpretar que la situación tanto del equipo como del club
es básicamente mala o muy mala pero cada uno tiene una justificación
diferente que muchas veces se pierde en la providencia o las
circunstancias ajenas. Mi teoría sin embargo es que nada de lo que
ocurre es casual ni ajeno. Ni es consecuencia del entorno, ni de la
suerte, ni del mercado y ni siquiera está motivado por la negligencia
de los personajes en cuestión. Todo tiene un maquiavélico sentido
empresarial. Trataré de explicarme.
Partamos de la razonable hipótesis de que la estirpe Gil se hizo con el control del club por un
lícito interés empresarial, una hipótesis abalada por el hecho de que
el cabeza de familia hiciese una campaña vehemente en contra de la
ruina del fútbol como sociedades deportivas y a favor de la idea de los
clubes-empresa como forma de que fuesen los particulares los que se
”jugasen su dinero”, evidentemente en el sentido de multiplicar la
inversión que es lo que se busca en cualquier negocio.
¿Qué empresario de cualquier parte del mundo y en cualquier sistema
económico mantendría durante 20 años una empresa que fuese deficitaria,
que no generase beneficios, cuya deuda fuese siempre creciente y cuyo
producto final fuese cada vez peor? aparentemente nadie pero eso es lo
que supuestamente es hoy el Atlético de Madrid. Descartemos desde ya la
posibilidad de que las razones por las que el clan Gil esté al frente
del Atleti pudieran ser sentimentales puesto que es obvio que ningún
atlético de corazón podría soportar ver a su equipo en una situación
tan penosa estando él como máximo responsable y además perdiendo
dinero. De hecho Cerezo no hace mucho dijo que se iría del Atleti
cuando recuperase el dinero que “había puesto” matizando sin dobleces
las razones sentimentales que lo mueven a estar en ese sillón y
despejando cualquier duda que pudiera existir al respecto.
De la misma forma ningún empresario podría nunca justificar una bochornosa
gestión de 20 años en coyunturas externas o causas ajenas a uno mismo
porque primero, y aunque fuese verdad, los gestores serían siempre
culpables de no adaptar la empresa a dichas coyunturas de forma
beneficiosa (¿Se imaginan a Repsol dando pérdidas durante 20 años
diciendo que se debe a que el precio del petróleo es cada vez más caro?
¿Le serviría la excusa a su presidente para mantener el cargo?) pero es
que además en 20 años da tiempo a que existan muchas coyunturas
distintas y la estadística dice que es imposible que todas sean siempre
nefastas para el mismo sin que exista una razón detrás que no sea
aleatoria. Conclusión, la situación del club actual no puede
justificarse desde el planteamiento de la coyuntura o la mala suerte
entre otras cosas porque con las propias e inflexibles leyes del
mercado los gestores con “mala suerte” dejan de ser gestores en poco
tiempo.
¿Qué persona seguiría dilapidando su patrimonio personal
durante 20 años si cada ejercicio es peor que el anterior?
Evidentemente nadie. ¿Alguien tiene la sensación de que el patrimonio
de los Gil ha menguado en estos años o que esté en peligro? ¿Alguien ha
visto alguna vez ejercicios de nobleza tipo Abramovich a costa del
patrimonio personal de algún Gil o lacayo tipo Cerezo? Me temo que no.
Bien al contrario, y ciñéndonos a los que está demostrado porque así lo
ha dicho él, el gestor principal del club y máximo accionista lejos de
hacer ningún esfuerzo económico cuando más hace falta se ha asignado un
“modesto” sueldo anual de 600.000€ (más primas). ¿Por qué el máximo
accionista de una empresa se tiene que poner un sueldo a costa de esa
misma empresa si se supone que el beneficio es fundamentalmente para él
mismo? ¿Puede ser que no espere beneficio alguno? ¿Hay otra razón
contable? Pensándolo bien, el dueño de una tienda de ultramarinos
tendría de muy fácil de esta forma echar a un asalariado suyo de forma
justificada. Bastaría con que él mismo se pusiese un sueldo que fuese
superior al beneficio de la empresa. De esa forma su negocio sería
siempre deficitario (sin serlo) y cualquier acción extraordinaria de
tipo laboral (o de cualquier otro tipo) estaría justificada. Es más,
tendría prebendas fiscales y hasta optaría a subvenciones para su
empresa. Empiezo a ver por dónde van los tiros.
Este verano el club no hizo fichajes, escudado en que no había dinero para ello. El
propio MA Gil viene repitiendo últimamente que estamos pagando las
consecuencias de no vender a Forlán o Agüero en verano para tener
dinero con el que afrontar una renovación de la plantilla. Estamos
hablando de la temporada 2008-2009 en la que el club tenía 45000
abonados, jugó la Champions League llegando hasta octavos (sólo ocho
equipos de Europa lo hicieron), volvió a clasificarse para el año que
viene, el estadio estaba siempre lleno, tiene marcas de patrocinio en
las camisetas y ropa deportiva y tenía un jugoso contrato de televisión
firmado pero resulta que con todo eso el balance del año es
prácticamente cero. ¿Qué necesita hacer entonces el Atleti para obtener
beneficios? Poco más se puede hacer a efectos de economía (porque los
títulos, como bien recuerda MA Gil siempre que puede, no siempre van de
la mano de suculentos beneficios). ¿Cómo son capaces de vivir el resto
de equipos con menos ingresos, menos masa social y mejores resultados?
¿Qué sentido tiene entonces mantener una empresa así?
Hagamos un ejercicio de imaginación y pongámonos por un momento en la piel del
“ingenioso” gran empresario español planteando el siguiente ejercicio:
pongamos por caso una empresa audiovisual bien establecida y
dimensionada que tiene unos beneficios razonables en un ejercicio
normal. Sus gestores, en un alarde de sentimiento emprendedor español,
deciden despedir a los cámaras en plantilla para volverlos a contratar
en una empresa de cámaras independiente creada por ellos mismos y esta
nueva empresa de cámaras es contratada por la empresa original para que
hagan el mismo trabajo que hacían antes. Es decir, los mismos haciendo
lo mismo. Repiten el mismo ejercicio con el resto de colectivos
(redactores, productores, iluminación,…). De esta manera una empresa
descapitalizada de músculo y talento consigue hacer lo mismo que antes,
porque de hecho lo hace con la misma gente, generando en teoría el
mismo producto que antes pero con la “inocente” salvedad de que ahora
hay facturas de por medio a favor de esas empresas de nueva creación
emitidas y cobradas por las mismas personas: los gestores. El dinero es
el mismo pero a efectos contables la empresa audiovisual puede ser
deficitaria (pierden sus accionistas) en favor de esas empresas de
nueva creación (ganan los gestores). Los principales perjudicados
serían lógicamente los accionistas y verdaderos dueños de la empresa
que verían como no tienen beneficios y su inversión se devalúa con el
tiempo pero… ¿qué pasaría si la inversión inicial de esta gente hubiese
sido cero y se hubiesen hecho con las acciones sin soltar un duro? Pues
que no estarían tan preocupados porque cualquier beneficio sería
beneficio y cualquier valor que tuviesen las acciones en el momento de
desmantelar o vender la empresa sería siempre beneficio también. Y es
más, ¿Qué pasaría si además de lo anterior los accionistas y gestores
fuesen realmente la misma persona?
¿Sería descabellado pensar que ese ir y venir de jugadores de medio pelo y entrenadores
silenciosos envueltos en contratos millonarios, los cambios de estadio,
los cambios de patrocinios, las fundaciones, la profesionalización del
club,… son una forma sencilla de generar facturas para sacar el dinero
a otras empresas? ¿Sabemos realmente a quién le debe dinero el Atlético
de Madrid?
Y concluyo. Imaginemos que el atlético de Madrid de
repente conforma un equipo potente, bien estructurado deportivamente,
con futuro prometedor y que gana algunos títulos que lo ponen en la
élite mundial del mundo del fútbol. ¿Se justificaría en esas
circunstancias que el equipo siguiese siendo deficitario y siguiese
generando deuda? ¿Interesa entonces que ocurra? ¿No sería levantar
demasiada sospecha? ¿Podría ser entonces que los personajes de la
película estuviesen perfectamente elegidos para protagonizar el justo
grado de negligencia que se necesita? ¿Podría ser que el objetivo fuese
mantener algo lo suficientemente lamentable como para que no genere
sospechas de dar dinero pero lo suficientemente bueno para seguir vivo
y que siga dándolo?
Sólo faltaría una pieza para completar el puzle y es el consumidor final,
al que paga, al que hace que todo gire y se mueva pero para que esa pieza
encaje sólo haría falta que esta gente siguiese comprando callada y tranquila
simplemente convencidos de que las cosas son así porque no pueden ser de otra forma.
Convencidos de pagar por un futuro imposible o por una idea romántica y folclórica
que vale más que cualquier resultado terrenal. Echando un vistazo
alrededor no parece que sea algo muy descabellado de pensar.
¿Podríaser entonces que los tontos sean listos?
¿Podría ser que los inútiles fuesen paradójicamente totalmente útiles?
Por supuesto cualquier parecido con la realidad en todo lo anterior, es simplemente mera coincidencia.
http://enniosotanaz.blogspot.com/2009/11/ensayo-sobre-la-ceguera.html
“Lo que se considera ceguera del destino es en realidad miopía propia” (W. Faulkner)
Los aficionados al Atlético de Madrid nos hemos levantado esta mañana con
el equipo en puestos de descenso en la liga española, matemáticamente
eliminados de la Champions League a falta de dos partidos por jugar
(que es proporcionalmente como estar descendido en liga a falta de 12
partidos), con una plantilla corta, cara y descompensada, con una deuda
histórica que fluctúa según las fuentes entre los 200 y los 400
millones de euros y con un estadio que tiene fecha de caducidad tasada
en 2012, fecha en la que el equipo se trasladará a lo que hoy es un
monolito de hormigón feo y desamparado en las proximidades del
Guadalajara supuestamente sin ganar un euro en la operación. A estas
alturas el subconsciente colectivo de la heterodoxa afición colchonera
coincide en interpretar que la situación tanto del equipo como del club
es básicamente mala o muy mala pero cada uno tiene una justificación
diferente que muchas veces se pierde en la providencia o las
circunstancias ajenas. Mi teoría sin embargo es que nada de lo que
ocurre es casual ni ajeno. Ni es consecuencia del entorno, ni de la
suerte, ni del mercado y ni siquiera está motivado por la negligencia
de los personajes en cuestión. Todo tiene un maquiavélico sentido
empresarial. Trataré de explicarme.
Partamos de la razonable hipótesis de que la estirpe Gil se hizo con el control del club por un
lícito interés empresarial, una hipótesis abalada por el hecho de que
el cabeza de familia hiciese una campaña vehemente en contra de la
ruina del fútbol como sociedades deportivas y a favor de la idea de los
clubes-empresa como forma de que fuesen los particulares los que se
”jugasen su dinero”, evidentemente en el sentido de multiplicar la
inversión que es lo que se busca en cualquier negocio.
¿Qué empresario de cualquier parte del mundo y en cualquier sistema
económico mantendría durante 20 años una empresa que fuese deficitaria,
que no generase beneficios, cuya deuda fuese siempre creciente y cuyo
producto final fuese cada vez peor? aparentemente nadie pero eso es lo
que supuestamente es hoy el Atlético de Madrid. Descartemos desde ya la
posibilidad de que las razones por las que el clan Gil esté al frente
del Atleti pudieran ser sentimentales puesto que es obvio que ningún
atlético de corazón podría soportar ver a su equipo en una situación
tan penosa estando él como máximo responsable y además perdiendo
dinero. De hecho Cerezo no hace mucho dijo que se iría del Atleti
cuando recuperase el dinero que “había puesto” matizando sin dobleces
las razones sentimentales que lo mueven a estar en ese sillón y
despejando cualquier duda que pudiera existir al respecto.
De la misma forma ningún empresario podría nunca justificar una bochornosa
gestión de 20 años en coyunturas externas o causas ajenas a uno mismo
porque primero, y aunque fuese verdad, los gestores serían siempre
culpables de no adaptar la empresa a dichas coyunturas de forma
beneficiosa (¿Se imaginan a Repsol dando pérdidas durante 20 años
diciendo que se debe a que el precio del petróleo es cada vez más caro?
¿Le serviría la excusa a su presidente para mantener el cargo?) pero es
que además en 20 años da tiempo a que existan muchas coyunturas
distintas y la estadística dice que es imposible que todas sean siempre
nefastas para el mismo sin que exista una razón detrás que no sea
aleatoria. Conclusión, la situación del club actual no puede
justificarse desde el planteamiento de la coyuntura o la mala suerte
entre otras cosas porque con las propias e inflexibles leyes del
mercado los gestores con “mala suerte” dejan de ser gestores en poco
tiempo.
¿Qué persona seguiría dilapidando su patrimonio personal
durante 20 años si cada ejercicio es peor que el anterior?
Evidentemente nadie. ¿Alguien tiene la sensación de que el patrimonio
de los Gil ha menguado en estos años o que esté en peligro? ¿Alguien ha
visto alguna vez ejercicios de nobleza tipo Abramovich a costa del
patrimonio personal de algún Gil o lacayo tipo Cerezo? Me temo que no.
Bien al contrario, y ciñéndonos a los que está demostrado porque así lo
ha dicho él, el gestor principal del club y máximo accionista lejos de
hacer ningún esfuerzo económico cuando más hace falta se ha asignado un
“modesto” sueldo anual de 600.000€ (más primas). ¿Por qué el máximo
accionista de una empresa se tiene que poner un sueldo a costa de esa
misma empresa si se supone que el beneficio es fundamentalmente para él
mismo? ¿Puede ser que no espere beneficio alguno? ¿Hay otra razón
contable? Pensándolo bien, el dueño de una tienda de ultramarinos
tendría de muy fácil de esta forma echar a un asalariado suyo de forma
justificada. Bastaría con que él mismo se pusiese un sueldo que fuese
superior al beneficio de la empresa. De esa forma su negocio sería
siempre deficitario (sin serlo) y cualquier acción extraordinaria de
tipo laboral (o de cualquier otro tipo) estaría justificada. Es más,
tendría prebendas fiscales y hasta optaría a subvenciones para su
empresa. Empiezo a ver por dónde van los tiros.
Este verano el club no hizo fichajes, escudado en que no había dinero para ello. El
propio MA Gil viene repitiendo últimamente que estamos pagando las
consecuencias de no vender a Forlán o Agüero en verano para tener
dinero con el que afrontar una renovación de la plantilla. Estamos
hablando de la temporada 2008-2009 en la que el club tenía 45000
abonados, jugó la Champions League llegando hasta octavos (sólo ocho
equipos de Europa lo hicieron), volvió a clasificarse para el año que
viene, el estadio estaba siempre lleno, tiene marcas de patrocinio en
las camisetas y ropa deportiva y tenía un jugoso contrato de televisión
firmado pero resulta que con todo eso el balance del año es
prácticamente cero. ¿Qué necesita hacer entonces el Atleti para obtener
beneficios? Poco más se puede hacer a efectos de economía (porque los
títulos, como bien recuerda MA Gil siempre que puede, no siempre van de
la mano de suculentos beneficios). ¿Cómo son capaces de vivir el resto
de equipos con menos ingresos, menos masa social y mejores resultados?
¿Qué sentido tiene entonces mantener una empresa así?
Hagamos un ejercicio de imaginación y pongámonos por un momento en la piel del
“ingenioso” gran empresario español planteando el siguiente ejercicio:
pongamos por caso una empresa audiovisual bien establecida y
dimensionada que tiene unos beneficios razonables en un ejercicio
normal. Sus gestores, en un alarde de sentimiento emprendedor español,
deciden despedir a los cámaras en plantilla para volverlos a contratar
en una empresa de cámaras independiente creada por ellos mismos y esta
nueva empresa de cámaras es contratada por la empresa original para que
hagan el mismo trabajo que hacían antes. Es decir, los mismos haciendo
lo mismo. Repiten el mismo ejercicio con el resto de colectivos
(redactores, productores, iluminación,…). De esta manera una empresa
descapitalizada de músculo y talento consigue hacer lo mismo que antes,
porque de hecho lo hace con la misma gente, generando en teoría el
mismo producto que antes pero con la “inocente” salvedad de que ahora
hay facturas de por medio a favor de esas empresas de nueva creación
emitidas y cobradas por las mismas personas: los gestores. El dinero es
el mismo pero a efectos contables la empresa audiovisual puede ser
deficitaria (pierden sus accionistas) en favor de esas empresas de
nueva creación (ganan los gestores). Los principales perjudicados
serían lógicamente los accionistas y verdaderos dueños de la empresa
que verían como no tienen beneficios y su inversión se devalúa con el
tiempo pero… ¿qué pasaría si la inversión inicial de esta gente hubiese
sido cero y se hubiesen hecho con las acciones sin soltar un duro? Pues
que no estarían tan preocupados porque cualquier beneficio sería
beneficio y cualquier valor que tuviesen las acciones en el momento de
desmantelar o vender la empresa sería siempre beneficio también. Y es
más, ¿Qué pasaría si además de lo anterior los accionistas y gestores
fuesen realmente la misma persona?
¿Sería descabellado pensar que ese ir y venir de jugadores de medio pelo y entrenadores
silenciosos envueltos en contratos millonarios, los cambios de estadio,
los cambios de patrocinios, las fundaciones, la profesionalización del
club,… son una forma sencilla de generar facturas para sacar el dinero
a otras empresas? ¿Sabemos realmente a quién le debe dinero el Atlético
de Madrid?
Y concluyo. Imaginemos que el atlético de Madrid de
repente conforma un equipo potente, bien estructurado deportivamente,
con futuro prometedor y que gana algunos títulos que lo ponen en la
élite mundial del mundo del fútbol. ¿Se justificaría en esas
circunstancias que el equipo siguiese siendo deficitario y siguiese
generando deuda? ¿Interesa entonces que ocurra? ¿No sería levantar
demasiada sospecha? ¿Podría ser entonces que los personajes de la
película estuviesen perfectamente elegidos para protagonizar el justo
grado de negligencia que se necesita? ¿Podría ser que el objetivo fuese
mantener algo lo suficientemente lamentable como para que no genere
sospechas de dar dinero pero lo suficientemente bueno para seguir vivo
y que siga dándolo?
Sólo faltaría una pieza para completar el puzle y es el consumidor final,
al que paga, al que hace que todo gire y se mueva pero para que esa pieza
encaje sólo haría falta que esta gente siguiese comprando callada y tranquila
simplemente convencidos de que las cosas son así porque no pueden ser de otra forma.
Convencidos de pagar por un futuro imposible o por una idea romántica y folclórica
que vale más que cualquier resultado terrenal. Echando un vistazo
alrededor no parece que sea algo muy descabellado de pensar.
¿Podríaser entonces que los tontos sean listos?
¿Podría ser que los inútiles fuesen paradójicamente totalmente útiles?
Por supuesto cualquier parecido con la realidad en todo lo anterior, es simplemente mera coincidencia.
http://enniosotanaz.blogspot.com/2009/11/ensayo-sobre-la-ceguera.html